La crisis hídrica que enfrenta México en los últimos cinco años ha generado preocupación y alarma en todos los sectores de la sociedad. En 2024 se prevé padecer una de las sequías más severas en la historia, afectando a gran parte del territorio nacional. Este fenómeno ha tenido profundas implicaciones en diversos aspectos de la vida y el entorno. A medida que las sequías se intensifican y prolongan, es imperativo analizar las causas subyacentes, evaluar el impacto en diversos aspectos y proponer medidas de prevención para mitigar esta amenaza creciente.
Causas de la Sequía
La sequía en México no es un fenómeno nuevo, pero su intensificación en los últimos 7 años está estrechamente vinculada a factores tanto naturales como antropogénicos. Entre las causas principales se encuentran los factores como la deforestación desmedida, la sobreexplotación de mantos acuíferos y la falta de regulación a la correcta dispersión de los recursos hídricos, el nulo o poco mantenimiento a las instalaciones, la tardía atención y reparación a fugas de agua acompañado a la sobre urbanización han contribuido significativamente, al igual que el cambio climático, que ha modificado los patrones de lluvia, resultando en temporadas con menos precipitaciones. Como se detalla ha sido provocada por una combinación de eventos climáticos y humanos. Se especulaba en estudios preliminares donde se indicaba que el fenómeno de “La Niña” estaba relacionado con los periodos de sequía, según este fenómeno se encontraba alterando los patrones de lluvia y exacerbando la escasez de agua.
Impacto ambiental.
El impacto de la sequía se extiende más allá de la escasez de agua, afectando diversos aspectos de la vida en México. En términos medioambientales, la sequía conlleva la desertificación de tierras fértiles, la pérdida de biodiversidad y la degradación del suelo. Económicamente, la agricultura sufre pérdidas significativas, lo que afecta la seguridad alimentaria y la economía rural, que consume el 36.7% del agua a nivel nacional en su gran mayoría depende de un suministro de aguas residuales o de precipitaciones pluviales de temporada, ha visto una disminución en la producción de cultivos y una pérdida de empleos en zonas rurales. Además, la reducción en la calidad de los cuerpos de agua ha afectado al sector turístico e industrial, disminuyendo la producción y generando pérdidas financieras.
En cuanto a la salud, la falta del vital líquido provoca la incidencia de enfermedades relacionadas a un escaso saneamiento. Socialmente, las comunidades más vulnerables son las más afectadas, exacerbando la pobreza y aumentando la migración hacia áreas urbanas en busca de recursos básicos. Donde justamente en manos de la población en general, está parte de la solución, se recomienda el inmediato reporte de fugas en su comunidad, el reúso del agua, la inspección periódica de sus instalaciones hidráulicas y en caso de ser posible contar con electrodomésticos que ahorren el consumo cotidiano, así como la toma de duchas cortas como medidas preventivas a nivel doméstico. La educación y sensibilización pública sobre el uso responsable del agua también son clave para cambiar comportamientos y promover prácticas sostenibles en todos los sectores de la sociedad. La colaboración entre el gobierno, el sector privado y la sociedad civil es fundamental para enfrentar esta crisis de manera integral y efectiva.
Regulaciones del Suministro y Medidas de Prevención
Ante esta crisis, es crucial implementar regulaciones efectivas para el suministro de agua a la industria. Se deben promulgar políticas que fomenten la eficiencia en el uso del agua, la recarga de acuíferos y la protección de ecosistemas acuáticos. Además, es fundamental invertir en infraestructura hídrica resiliente, como sistemas de captación de agua de lluvia, tecnologías de riego eficientes y programas de reforestación.
Desde 2011 CONAGUA estableció las Regulaciones Vigentes Para enfrentar esta situación, la Comisión Nacional del Agua, implemento normativas para la conservación, seguridad y calidad en la explotación y uso del agua, por medio de la NOM-001-CONAGUA-2011 y otras relacionadas con la hermeticidad y protección de acuíferos. Sin embargo, no existe ninguna actualización publicada en su portal de alguna medida o nueva norma para atender este continuo desafío.
Por otra parte, El Programa Nacional Contra la Sequía (PRONACOSE), tuvo su última actualización en noviembre del 2022. Esta dependencia tiene como principal tarea el de articular instrumentos para la prevención y mitigación de la sequía, buscando garantizar la disponibilidad de agua para la salud y la vida de la población.
El sistema Cutzamala, es crucial para el suministro de agua en la zona metropolitana de la Ciudad de México, enfrenta desafíos significativos. Aunque ha sido una fuente vital de agua para millones de personas, está bajo presión debido a la disminución de los niveles de agua en sus embalses y a la infraestructura envejecida. La falta de mantenimiento adecuado y la creciente demanda de agua han exacerbado la situación. Se han implementado medidas de conservación y restricciones en el uso del agua para mitigar la escasez. Sin embargo, se necesitan soluciones a largo plazo, como la modernización de la infraestructura, la gestión eficiente del agua y la exploración de fuentes alternativas. La colaboración entre autoridades, comunidades y expertos es fundamental para garantizar un suministro sostenible de agua para la región en el futuro.
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