Con la reciente inauguración del
Tren Interurbano México-Toluca, el panorama de la movilidad entre estas dos
importantes ciudades ha dado un giro significativo. Este proyecto emblemático,
pensado para mejorar la conectividad y reducir los tiempos de traslado,
presenta un despliegue tecnológico y logístico que vale la pena destacar.
El tren cuenta con un total de 20
unidades, cada una diseñada para transportar a 270 pasajeros, todos sentados. A
diferencia de otros sistemas de transporte, no está permitido viajar de pie, lo
que garantiza un viaje más cómodo y seguro para los usuarios. Este tren no está
diseñado para carga, sino que se enfoca en el transporte de pasajeros,
asegurando su propósito exclusivo de mejorar la movilidad humana entre estas
zonas clave.
El Tren Interurbano actualmente
opera en cinco estaciones principales: Santa Fe, Lerma, Metepec, Toluca Centro
y Zinacantepec. Sin embargo, el proyecto está lejos de completarse, pues ya se
encuentran en construcción dos estaciones adicionales: Vasco de Quiroga y
Observatorio, que ampliarán aún más su cobertura. Se espera que esta expansión
se complete para finales de julio de 2025, con un avance actual del 85 % en la
obra en general.
Para facilitar el acceso, el tren
implementa dos métodos de pago: la tarjeta de movilidad integrada, que permite
un tránsito ágil en el sistema, y el uso de efectivo, con el cual los usuarios
pueden generar un código QR para su ingreso. Esta flexibilidad en los métodos
de pago busca atender a una mayor cantidad de usuarios y adaptarse a sus
necesidades.
El Tren Interurbano no solo
representa una opción de transporte más rápida y ecológica, sino también un
avance en la infraestructura moderna que transformará la movilidad entre la
Ciudad de México y el Estado de México, marcando un hito en la mejora de la
calidad de vida y en la competitividad de estas regiones.
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